¡No te sientes en la cama!

Qué rabia da tener que sentarse en la cama para quitarse los zapatos (supongo que eso solo les pasa a los maniáticos del orden). El caso es que una buena solución para evitar desquiciar a nuestra pareja por nuestro descuido es hacerse con un sillón bajo o descalzadora.
Esta que cayó en nuestras manos estaba, francamente, para el arrastre. 


















Tras someterla a un proceso de lacado en color blanco y destriparla, tocaba elegir tela para el tapizado. Optamos por un tejido con un acabado similar al terciopelo, en colores negro y blanco.
Ahora nadie se enfada por deshacer la cama. Y todos tan felices.


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