Una mesa que vale un riñón


Su origen está datado en la década de los años 50 del siglo pasado en Alemania. Utilizada como mesita de apoyo, la genialidad de su diseño radica en su forma de riñón, sus delicadas patas tipo bambi y el canto chapado en metal dorado. La tapa solía estar realizada en formica y buena parte de su gracia está en la decoración de la misma, con vistosos dibujos geométricos. 

La Alemania del Este vivió en aquella década un espectacular crecimiento económico, tal y como nos cuentan en este artículo, que para el mundo del mueble supuso un auténtico revulsivo, dando lugar a diseños económicos y funcionales. También encontramos otras formas "extravagantes" en esa época, como las de púa o boomerang, además de la de riñón.







Estas que veis a la derecha son réplicas de aquellas mesas y os podemos asegurar que nos han llevado más tiempo de lo que inicialmente habíamos pensado. Para no disparar los costes, optamos por no chapar el canto con metal y "simplificar" el mecanismo por el que las patas quedan fijadas a la tapa (no están pegadas). 

¿Qué os parecen? Imaginadlas en vuestro rincón favorito de la casa, con unas bonitas flores o un par de jarroncillos de cerámica alemana. O, simplemente, con un buen libro encima.                                                       


 
                                                                                    
Por cierto, que el riñón inspiró a más de uno porque su forma la podemos encontrar en esta delicada bandeja que acabamos de restaurar.                             
                      




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